Me paras por la calle —a mí, que no me meto con nadie, que
no le pregunto nada a nadie, que constantemente me estoy aguantando las
arcadas que me produce la voz humana— para contarme que planeas escribir un
libro sobre un poeta sevillano de mucho mérito y completamente desconocido para
el gran público. Y, no satisfecho con el grado desmedido de grosería del que me
has hecho víctima inocente, me preguntas qué me parece. A ver, me parece que
eres un despojo de persona, alguien que no se merece el oxígeno ni el plato de
comida que le ponen todos los días, con un proyecto de libro que me suda
muchísimo la polla, ojalá se te sequen las entrañas ahora mismo y caigas
fulminado y acabe de una vez este interrogatorio cruento y sarnoso al que me
estás sometiendo sin razón de ser. Me parece bien, te respondo. Pero a ti te
parece poco y me exiges que te diga más sobre lo que me parecen de verdad tus
intenciones literarias. Bueno, pues ahí voy, mentecato.
Este te lo retuiteo, ¿Vale?
ResponderEliminarEl siguiente, ya veremos...
¡Me alegro por leerte! Sí, es así.
Este tío parece un inseguro al que le gusta que le digan lo que él quiere oir, y "me parece bien" es poca cosa, hay que dorarle la píldora y regalarle los oídos. Gente así hay a patadas en todas partes, que no saben si lo suyo es bueno o malo, si se lo dices muchas veces pensará que escribe de puta madre aunque sea una mierda, sobre todo si se lo dices tú. Anda hombre, ¿qué te cuesta?. Jajajaja.
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