jueves, 31 de enero de 2013

El Madrid, Angelina y el pisto manchego

Los partidos políticos españoles mayoritarios (mayoritarios por la fullería de Ley Electoral que los ampara, o sea mayoritarios en porquerías y latrocinios, en gachonazos a los que el servicio público les importa una mierda pinchada en un palo) han conseguido de nosotros, los votantes idiotizados, el más pueril y -por pueril- valioso enfrentamiento: yo del PSOE, tú del PP, aquellos de IU. Lo cual viene a ser exactamente igual que: yo del Madrid, tú del Barça, aquellos del Atlético; yo de Angelina Jolie, tú de Scarlett Johansson, aquellos de Natalie Portman; yo de la tortilla de patatas con cebolla, tú de la tortilla de patatas sin cebolla, aquellos no pueden ni oler la tortilla de patatas y son del pisto manchego. Etcétera. Esto, ya digo, a los políticos les viene de cojones, siempre y cuando el imbécil del PP, el gilipollas de Scarlett Johansson y el cipotón sin cebolla sean leales a sus pollás el día de las elecciones. Te agitan la banderica y te emocionas como una abuela. Lo de la convicción profunda y la ideología fundamentada ya no se lleva, ¿para qué, si la corrupción tarda en quitarlas de enmedio lo que Juancarlitos un paquidermo despistadillo? Particularmente, a mí se me suben los demonios y se me bajan las compasiones cuando oigo a esos mazacotes abotargados proclamar: "Yo soy del PSOE porque a mi abuelo lo mataron los fascistas" o "Yo soy del PP porque a un tío mío cura lo mataron los rojos", entre otras cosas porque a mí tu abuelo y tu tío me soplan mucho la polla, so mandria. Y porque así nos va. Mejor dicho: así nos llevan. Se ríen en nuestra puta cara, pero en las urnas se lo seguimos agradeciendo.

martes, 29 de enero de 2013

Los subnormales del "tanvía"

Y entonces llegan unos subnormales y dicen: Tanvía güeno..., tanvía güeno... Y había otros subnormales que decían: Tanvía malo..., tanvía malo... Y así se lo pasaban más guay que , mezclando los cuajarones de babas, que eran como clara de huevo fresquita. Pero es que, espérate, porque, rodeando a estos subnormales del colgajo, había otros subnormales con una papeleta en la mano, agitándola y preguntándose entre ellos: El tanvía qué es, ¿güeno o malo? Y algunos subnormales respondían: Güeno..., güeno... Y otros subnormales respondían: Malo..., malo... Y había discusiones y debates y cotorreo, y los subnormales se lo pasaban cada vez mejor, y reían, y protestaban, y se ponían tristes, y se olían los ojetes. Decían los subnormales: ¿Asque no sus dáis cuenta de que es güeno el tanvía? Y los otros subnormales decían: Posupuestísimo, posupuestísimo, pero es güeno poque es malo, posupuestísimo... Y aquello era una fiesta y un choteo del copón. Hasta que llegó el tanvía. Y se paró. Y ahora no es güeno ni es malo: es una mierda arrojada al rostro subnormal de los subnormales que, ya, a estas horas, están en otra cosa. Por lo demás: Eres haréeeeeen con luz de soooool en que cautivo se deshoja el cooooorazóoooon... Y por ahí, todo seguido.