viernes, 23 de agosto de 2013

El Twitter y el hambre

Ha dicho la alcaldesa de Cádiz que mucha gente que pide ayudas públicas para comer tiene cuenta de Twitter. "Eso cuesta dinero, ¿no?", ha preguntado. No voy a entrar en lo facilón y demagógico del hambre (ay, ay, ay, pobreticos), tampoco en que efectivamente hay "profesionales" de las ayudas públicas (el pueblo no es un ente limpísimo, qué va, el pueblo es el que ensucia las paredes y luego protesta porque no las limpian). En lo que sí voy a entrar es en que la alcaldesa Teófila identifique Internet con un lujo (y de los caros) y piense que, quien pasa hambre, no puede tener una cuenta en Twitter: que ha de estar mano sobre mano, llorandico, o lanzando dentelladas a las moscas para alimentarse. Ceporra la tía. Lo mismo para ella el mando a distancia es una varita mágica que transforma las imágenes de la televisión a la que los pobres no tienen derecho. Que se levanten y le den al botón.

jueves, 22 de agosto de 2013

Me tienen fritico

-Oye, Cameron.
-Dime, Mariano.
-No, no, llámame Rajoy; yo te he llamado a ti Cameron.
-Bueno, pues dime, Rajoy.
-Cucha que te diga: tú sabrás la que tengo liada con un tesorero que tuve, ¿no?
-¡Uh! ¿Que si lo sé? Lástima me das.
-Gracias. Pero yo es que quería pedirte un favor.
-A ver, echa.
-Que la liemos gorda con Gibraltar, por desviar la atención.
-Joder, Mariano...
-¡Rajoy! Yo te llamo a ti Cameron.
-Joder, Rajoy... ¿No se te ha ocurrido otra cosa? ¡Qué topicazo!
-Ya, pero es que eso mola mucho al español, te lo digo yo.
-Bueno, si tú crees que así...
-Lo creo, lo creo. Es por descansar un poco de Bárcenas, que me tienen fritico.
-Venga, pues vale, la liamos, no hay problema. Oye.
-Qué.
-Me debes una, lo sabes.
-Claro, Cameron. Claro que lo sé. Muchas gracias. Qué bien hablas español, Cameron. ¿Cómo está tu señora? ¿Oye? ¿Cameron? ¿Oye?... Joder, qué prisas.

jueves, 15 de agosto de 2013

Pero mira qué cachorritos más hijos de puta

Mientras en Valencia alzan el brazo fascista, los cachorritos del PP que fueron a apoyar a Cospedal aprovecharon para mofarse de un anciano preferentista estafado que se estaba manifestando. Por supuesto que no hay que privarse de tacharlos de verdaderos hijos de puta y de marranos, y, ya puestos, desearles grandes males en... por ejemplo... el ojete, no sé, un tumor que tarde años en matarlos y les haga aullar de dolor hasta enloquecer, todo eso en presencia de sus papis, y que el mal se extienda a las generaciones venideras de su sagrada familia y la de Rouco. Eso es lo suyo, merecen mucho desprecio y ninguna compasión. Ya está bien de confiar tanto en el ser humano, en ese pedazo de mierda que habita entre las bestezuelas y las avecicas del campo, no vale la pena.