Los partidos políticos españoles mayoritarios (mayoritarios por la fullería de Ley Electoral que los ampara, o sea mayoritarios en porquerías y latrocinios, en gachonazos a los que el servicio público les importa una mierda pinchada en un palo) han conseguido de nosotros, los votantes idiotizados, el más pueril y -por pueril- valioso enfrentamiento: yo del PSOE, tú del PP, aquellos de IU. Lo cual viene a ser exactamente igual que: yo del Madrid, tú del Barça, aquellos del Atlético; yo de Angelina Jolie, tú de Scarlett Johansson, aquellos de Natalie Portman; yo de la tortilla de patatas con cebolla, tú de la tortilla de patatas sin cebolla, aquellos no pueden ni oler la tortilla de patatas y son del pisto manchego. Etcétera. Esto, ya digo, a los políticos les viene de cojones, siempre y cuando el imbécil del PP, el gilipollas de Scarlett Johansson y el cipotón sin cebolla sean leales a sus pollás el día de las elecciones. Te agitan la banderica y te emocionas como una abuela. Lo de la convicción profunda y la ideología fundamentada ya no se lleva, ¿para qué, si la corrupción tarda en quitarlas de enmedio lo que Juancarlitos un paquidermo despistadillo? Particularmente, a mí se me suben los demonios y se me bajan las compasiones cuando oigo a esos mazacotes abotargados proclamar: "Yo soy del PSOE porque a mi abuelo lo mataron los fascistas" o "Yo soy del PP porque a un tío mío cura lo mataron los rojos", entre otras cosas porque a mí tu abuelo y tu tío me soplan mucho la polla, so mandria. Y porque así nos va. Mejor dicho: así nos llevan. Se ríen en nuestra puta cara, pero en las urnas se lo seguimos agradeciendo.
jueves, 31 de enero de 2013
martes, 29 de enero de 2013
Los subnormales del "tanvía"
Y entonces llegan unos subnormales y dicen: Tanvía güeno..., tanvía güeno... Y había otros subnormales que decían: Tanvía malo..., tanvía malo... Y así se lo pasaban más guay que ná, mezclando los cuajarones de babas, que eran como clara de huevo fresquita. Pero es que, espérate, porque, rodeando a estos subnormales del colgajo, había otros subnormales con una papeleta en la mano, agitándola y preguntándose entre ellos: El tanvía qué es, ¿güeno o malo? Y algunos subnormales respondían: Güeno..., güeno... Y otros subnormales respondían: Malo..., malo... Y había discusiones y debates y cotorreo, y los subnormales se lo pasaban cada vez mejor, y reían, y protestaban, y se ponían tristes, y se olían los ojetes. Decían los subnormales: ¿Asque no sus dáis cuenta de que es güeno el tanvía? Y los otros subnormales decían: Posupuestísimo, posupuestísimo, pero es güeno poque es malo, posupuestísimo... Y aquello era una fiesta y un choteo del copón. Hasta que llegó el tanvía. Y se paró. Y ahora no es güeno ni es malo: es una mierda arrojada al rostro subnormal de los subnormales que, ya, a estas horas, están en otra cosa. Por lo demás: Eres haréeeeeen con luz de soooool en que cautivo se deshoja el cooooorazóoooon... Y por ahí, todo seguido.
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